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Vilnius: una ciudad infravalorada pero llena de maravillas que descubrir durante sus prácticas en Lituania. Aquí están los 10 mejores lugares para visitar en esta ciudad.

Casco antiguo:

Vilna, la capital de Lituania, es una de las ciudades más antiguas y pintorescas de Europa del Este. Su casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un auténtico tesoro arquitectónico. Pasee por sus calles empedradas y se transportará a otra época, llena de historia, cultura y belleza.

Una de las características más notables del casco antiguo es su arquitectura gótica, barroca y renacentista. Iglesias y catedrales rivalizan en esplendor, como la catedral de Vilna, la mayor iglesia gótica de los países bálticos, o la iglesia de Santa Ana, una joya gótica adornada con ladrillo rojo. Cada esquina revela nuevos tesoros arquitectónicos, desde coloridos edificios a elegantes fachadas.

El casco antiguo de Vilna también está repleto de museos fascinantes. No se pierda el Museo Nacional de Lituania, donde podrá descubrir la historia y la cultura del país a través de una rica colección de objetos. El Museo de Ocupaciones y Luchas por la Libertad le sumergirá en la historia reciente de Lituania, mientras que el Museo de Arte Contemporáneo MO es ideal para los amantes del arte moderno y contemporáneo. Si le gusta pasear por las pintorescas callejuelas, el casco antiguo de Vilna le encantará. Las animadas placitas, los cafés y las tiendas de artesanía local añaden un toque acogedor al ambiente histórico. Podrá degustar especialidades lituanas en restaurantes tradicionales o perderse en los coloridos mercados donde podrá comprar productos locales como ámbar o lino.

Por último, no olvide la colina de las Tres Cruces, que ofrece una vista panorámica del casco antiguo. Suba a la cima para disfrutar de unas vistas impresionantes, especialmente al atardecer, cuando los tejados del casco antiguo se bañan en una luz dorada.

En definitiva, el casco antiguo de Vilna es un destino que combina historia, magnífica arquitectura y un ambiente acogedor. Tanto si es un aficionado a la historia, un amante del arte o simplemente busca una escapada con encanto, Vilna le conquistará. Así que no lo dude más y descubra por sí mismo la belleza intemporal de esta extraordinaria ciudad.

La catedral

La Catedral de Vilna, también conocida como Catedral Basílica de San Estanislao y San Vladislao, es un monumento emblemático del casco antiguo de Vilna, en Lituania. Su historia se remonta al siglo XIV.

Su construcción comenzó en 1387, tras la conversión de Lituania al cristianismo. Ha sufrido varias modificaciones a lo largo de los siglos, reflejando diferentes estilos arquitectónicos como el gótico, el barroco y el neoclásico. La catedral ha sido testigo de muchos acontecimientos históricos importantes.

Ha sido el lugar de coronación y enterramiento de los Grandes Duques de Lituania, y ha desempeñado un papel significativo en la historia del país. En 1655, durante la guerra contra los suecos, la catedral quedó parcialmente destruida y sufrió varios incendios en los siglos siguientes. Sin embargo, fue reconstruida cada vez, conservando su carácter sagrado.

La catedral de Vilna también está asociada a la figura de San Estanislao, obispo de Cracovia, mártir canonizado y patrón de Polonia y Lituania. Sus reliquias fueron trasladadas a Vilna en 1671 y se conservan en la cripta de la catedral.

En la actualidad, la catedral no es sólo un lugar de culto, sino también un símbolo nacional. Su imponente fachada y sus notables características arquitectónicas atraen a muchos visitantes que desean descubrir su historia y admirar su belleza intemporal. La catedral de Vilna es un testimonio vivo de la rica y compleja historia de Lituania, un lugar donde confluyen la espiritualidad, el arte y la cultura. Al visitarla, podrá sumergirse en la historia de este país y sentir la atmósfera sagrada que emana de sus muros centenarios.

Castillo y Torre de Gediminas:

El Castillo y la Torre de Gediminas, en Vilna, son lugares históricos que cautivarán su imaginación y le ofrecerán una impresionante vista panorámica de la ciudad. Permítame inspirarle para que los visite.

El Castillo de Gediminas es un símbolo emblemático de Vilna. Encaramado en una colina, tiene una presencia majestuosa y un aura de misterio. Al visitar el castillo, podrá retroceder en el tiempo y descubrir la fascinante historia de Lituania. Los restos del castillo dan testimonio de las distintas épocas de su existencia, desde las fortificaciones medievales hasta los edificios del Gran Ducado de Lituania.

Una vez que haya subido la colina, llegará a la Torre de Gediminas. Es uno de los pocos elementos que quedan del castillo original. Suba a lo alto de la torre y maravíllese con la impresionante vista panorámica sobre Vilnius. Podrá admirar los coloridos tejados del casco antiguo, las majestuosas iglesias y la campiña circundante.

Pero eso no es todo. Una visita al Castillo de Gediminas incluye también una visita al Museo de Historia de Lituania, situado en el interior de la torre. Este cautivador museo recorre la turbulenta historia de Lituania a través de exposiciones interactivas y objetos históricos. Podrá explorar los diferentes periodos de Lituania, desde la prehistoria hasta los acontecimientos modernos.

Además de su importancia histórica, el Castillo de Gediminas es también un lugar de relajación y tranquilidad. Los verdes alrededores de la colina ofrecen un entorno apacible para dar un relajante paseo. Tómese su tiempo para perderse por los sinuosos senderos, respirar aire puro y admirar el magnífico paisaje que le rodea.

Barrio judío:

Antes de la llegada de los nazis, vivían en Vilna unos 40.000 judíos, pero al final de la guerra y de las atrocidades alemanas, sólo quedaban unos pocos cientos.

Los nazis construyeron dos guetos: el grande y el pequeño. Poco a poco, tras la independencia del país, la zona también fue reurbanizada. En la actualidad, de los edificios originales sólo queda la Sinagoga Coral, ya que todas las demás fueron destruidas primero por la guerra y luego por los soviéticos.

Museo del Genocidio:

El Museo del Genocidio de Vilna es un lugar que evoca profundas emociones y ofrece una perspectiva única de la oscura historia de Lituania. Aunque se trata de un tema difícil, visitar este museo puede ser una experiencia profundamente educativa y emotiva. Permítame darle algunas razones para visitarlo.

El Museo del Genocidio se encuentra en la antigua sede del KGB, el temido servicio de seguridad soviético. Al explorar estas instalaciones cargadas de historia, tendrá la oportunidad de adentrarse en el tumultuoso pasado de Lituania y comprender el impacto de los regímenes totalitarios en el país y su gente.

El museo presenta exposiciones detalladas y conmovedoras sobre el periodo de ocupación soviética y nazi de Lituania. Podrá descubrir los métodos de opresión y represión utilizados por estos regímenes, así como las conmovedoras historias de las víctimas que lucharon por su libertad.

Al visitar las celdas de detención, las salas de interrogatorio y las exposiciones sobre crímenes contra la humanidad, comprenderá en profundidad el sufrimiento padecido por el pueblo lituano. La experiencia puede ser a la vez sobrecogedora e inspiradora, ya que pone de relieve el valor y la resistencia de quienes resistieron a la opresión.

El museo del genocidio también ofrece una oportunidad para la reflexión y la conmemoración. Al honrar la memoria de las víctimas, se contribuye a preservar su legado y a evitar que estos hechos se repitan. Es una oportunidad para rendir homenaje a quienes sacrificaron sus vidas por la libertad y para reflexionar sobre la importancia de los derechos humanos y la democracia. Por último, el museo del genocidio es un lugar de concienciación y educación. Al conocer la trágica historia de Lituania, comprenderá mejor los retos a los que se enfrenta el país y su camino hacia la libertad y la independencia.

Visitar el Museo del Genocidio puede ser una profunda experiencia emocional e intelectual, que le ofrecerá una comprensión más profunda de la historia lituana y de la importancia de preservar la memoria colectiva. Es una invitación a reflexionar, aprender y rendir homenaje.

La colina de las Tres Cruces:

Esta colina ofrece un panorama impresionante y representa la religiosidad del pueblo lituano.

El monumento se encuentra en el Parque Kalnai, detrás de la Torre Gediminas. Es una gran caminata hasta la cima.

Jardín Bernardinai

El Jardín Bernardinai se encuentra en el casco antiguo de Vilna, cerca de la Catedral de Vilna. Toma su nombre del antiguo monasterio Bernardinai que aquí se levantaba. Este jardín histórico es un remanso de paz en el corazón de la ciudad, que ofrece un ambiente tranquilo y sereno.

Una de las características especiales del Jardín Bernardinai es su paisajismo. Los sinuosos senderos y el verde exuberante del césped crean una atmósfera relajante que invita a pasear y relajarse. Podrá pasear por los senderos sombreados, admirar los coloridos parterres y empaparse de la belleza natural de la zona.

Una característica notable del jardín es el encantador pabellón de música. En este pintoresco pabellón de madera se celebran conciertos y eventos musicales al aire libre. Asistir a un concierto en este encantador escenario añade una dimensión artística y cultural a su visita.

El Jardín Bernardinai también ofrece una vista panorámica del casco antiguo de Vilna. Desde algunos puntos del jardín se puede disfrutar de una vista impresionante de los tejados de tejas rojas, las majestuosas iglesias y los edificios históricos que caracterizan el paisaje urbano de la ciudad. Es una oportunidad para contemplar la belleza de Vilna desde un nuevo ángulo.

Por último, el Jardín Bernardinai es escenario habitual de actos culturales y artísticos. Festivales, exposiciones y otros eventos tienen lugar en este encantador escenario, añadiendo un toque vibrante a la tranquila atmósfera del jardín.

En definitiva, el Jardín Bernardinai es un lugar especial de Vilna donde se puede escapar del ajetreo de la ciudad y recargar las pilas en plena naturaleza. Su tranquila belleza, sus pintorescas vistas y su ambiente cultural lo convierten en un lugar que no debe perderse en su visita a Vilna. Tómese su tiempo para pasear, relajarse y disfrutar de este remanso de paz en el corazón de la ciudad.

Iglesia de Santa Ana:

La versión original de la iglesia de Santa Ana fue construida en 1394 por el rey Vytautas para su esposa Ana, que le da nombre. Lo que vemos hoy es el resultado de renovaciones en 1582 y de nuevo a principios de 1900. Su flamante arquitectura gótica con los típicos ladrillos rojos la convierten en uno de los símbolos de la ciudad.

El barrio de Uzupis:

El barrio de Užupis, en Vilna, es un lugar único y encantador que sin duda despertará su interés. Permítame darle algunas razones convincentes para visitar este barrio artístico y bohemio:

Užupis es conocido a menudo como la «República Independiente de Užupis» por su ambiente rebelde y creativo. De hecho, este distrito tiene una identidad propia y es conocido como el bastión de artistas, escritores y espíritus libres. Pasee por sus callejuelas y descubrirá galerías de arte, estudios de artistas y animados cafés con un inspirador ambiente bohemio.

Uno de los símbolos más emblemáticos de Užupis es su propia bandera, himno y constitución, creados por los residentes locales. Esta simbólica declaración de independencia refleja el espíritu libre y poco convencional de la comunidad creativa de Užupis. Una visita al distrito le transportará a un mundo alternativo lleno de poesía y libertad.

Užupis también es famosa por su Puente del Amor. Este romántico puente, cubierto de candados que simbolizan el amor eterno, ofrece una pintoresca vista del río Vilnia y crea una atmósfera romántica y mágica. Es un lugar ideal para pasear cogidos de la mano con su pareja o para disfrutar de un momento tranquilo a solas.

Užupis tiene una escena artística vibrante y dinámica. Puede visitar galerías de arte que exponen obras contemporáneas y conocer a apasionados artistas locales. El distrito también es conocido por sus festivales de arte y espectáculos callejeros, donde podrá descubrir talentos emergentes y dejarse sorprender por la expresión artística en todas sus formas.

Por último, Užupis es un pintoresco barrio de arquitectura colorista, edificios históricos y encantadoras placitas. Podrá pasear junto al río, explorar sus callejuelas y empaparse de su ambiente bohemio. A menudo se compara con Montmartre, el barrio de los artistas de París.

Jardines botánicos:

Los jardines botánicos de la Universidad de Vilnius son una de las paradas del viaje, ya que son muy bonitos y agradables de visitar.

Las especies vegetales son realmente numerosas y están divididas por rutas precisas que permiten visitar toda la zona. Es un verdadero oasis de paz.

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