Hacer tus prácticas en Praga: el secreto mejor guardado de Europa.


 

¿Cómo es vivir en Praga durante tus prácticas en el extranjero? Spoiler: es increíble.


 

Honestamente, podría terminar aquí: «Praga es genial. Fin del blog.»
Pero no. Vamos a hacerlo en serio. Porque en realidad, Praga no es solo un bonito escenario. Se ha convertido en una especie de segunda casa para mí. Es MI capital europea favorita, y mi segunda ciudad del corazón después de Florencia (¡ciao Firenze, siempre lo mejor para las prácticas en Italia!).

Praga es la ciudad de las cien torres, de las callejuelas empedradas que cuentan mil historias, de las fachadas coloridas que te dan ganas de sacar la cámara cada diez minutos. Vuelvo a menudo, y de hecho, pronto volveré para instalar a mi hermano pequeño, el famoso Pio, que empieza su Erasmus en la República Checa. Basta decir que cuando hablamos de Praga en la familia, todos sonríen.

Praga: cada esquina es una postal viviente.


 

Si tuviera un primer consejo para darte: levántate temprano, acuéstate tarde. No hace falta que te vuelvas insomne, pero aprovecha cada momento al máximo.

Puedes pasear por el centro histórico, perderte en Mala Strana, subir al Castillo de Praga o recorrer la Vltava a pie o en barco. Incluso los barrios residenciales respiran el encanto típico checo. Y lo que es aún más sorprendente es que lo antiguo y lo moderno conviven sin ninguna disonancia: entre edificios futuristas y pequeñas casas tradicionales, Praga logra un matrimonio arquitectónico que muchas otras ciudades europeas envidian.

Si te gusta la fotografía, prepárate para llenar la tarjeta de memoria. ¿Y si no te gusta la foto? Igual te va a encantar. Porque, en verdad, Praga es hermosa para mirar, pero también para vivir.

Hacer prácticas en Praga: una dulzura inesperada.


 

A menudo hay clichés sobre los países de Europa Central. Pero la República Checa rompe muchas ideas preconcebidas. Los checos son muy abiertos y — buena sorpresa — muy francófilos. Históricamente, los lazos con Francia son numerosos: el rey Carlos IV, el más famoso de los soberanos checos, incluso fue educado en Francia.

Y hoy en día, aunque la política a veces tiene sus zonas oscuras como en todas partes, la República Checa resiste bastante bien las sirenas nacionalistas que se encuentran en otras partes de Europa Central. Al contrario, por ejemplo, de Hungría que ha caído en ciertos excesos, aquí se mantiene en general una hermosa apertura mental.

Como becario extranjero, serás muy bien recibido, siempre que respetes algunas reglas básicas: aprender algunas palabras de cortesía en checo (Dobry den, Dekuji…), hacer un esfuerzo por integrarte un poco y respetar la cultura local. Nada complicado en sí mismo, y a cambio verás que los checos son amables, curiosos, educados y muy respetuosos.

Una verdadera diversidad y una tolerancia bien real.

Otro punto que merece ser destacado: la tolerancia. Praga es una ciudad donde puedes venir de donde quieras, seas quien seas.
La comunidad LGBT vive bastante tranquila, los colores de piel no representan ningún problema particular, y las diferencias culturales son bien aceptadas. Por supuesto, como en todas partes, siempre habrá algunos individuos menos abiertos, pero en general, Praga está muy por delante de muchas otras capitales del Este en materia de inclusión.

De hecho, puedo compartirte una anécdota personal. Durante unos años trabajé como camarero y animador infantil en Ibiza (sí, sí, todo sucede). Y sistemáticamente, los clientes checos formaban parte de los mejores grupos de vacaciones: siempre educados, de buen humor, respetuosos con el personal. Todavía hoy mantenemos excelentes contactos con Marek y sus padres, que conocimos en aquella época en el (ya cerrado) hotel Galeon, en Puerto San Miguel. Y ves, diez años después seguimos viéndonos regularmente.

Vivir en Praga: tu presupuesto te lo agradecerá.


 

Sí, los precios han subido un poco en los últimos años (la inflación afecta a todos), pero comparado con otras capitales europeas, Praga sigue siendo extremadamente asequible.

Un pequeño vistazo:

  • Un alquiler en piso compartido en el centro: alrededor de 300 a 400 € al mes;
  • Una pinta de cerveza: 1 € (sí, leíste bien);
  • Una cesta semanal de la compra: unos 25 €;
  • Un billete de metro: alrededor de 1 € por 30 minutos, con una red ultra eficiente.

En otras palabras, podrás disfrutar plenamente de tus prácticas sin arruinarte. Y francamente, eso hoy en día es un lujo. Si comparas con los países nórdicos o algunas ciudades del oeste de Europa, la diferencia en el coste de vida es simplemente enorme.

Una calidad de vida difícil de igualar.

Lo que también hace que Praga sea tan agradable para vivir es el equilibrio que se encuentra a diario.
Es una capital, pero a escala humana. Puedes cruzar la ciudad de un extremo a otro sin pasarte el día. El transporte público es ejemplarmente eficiente: tranvías modernos, metro rápido, autobuses frecuentes. Todo funciona puntual y nunca te quedas atrapado en atascos interminables como en otras grandes ciudades.

A eso añádele una seguridad impresionante. Praga es una de las capitales más seguras de Europa. Pasear solo por el centro por la noche no es ningún problema aquí. Las agresiones son muy raras y la pequeña delincuencia se mantiene extremadamente contenida.

El ritmo de vida es suave, sin estrés innecesario. Se disfruta de los parques, las orillas del río, las terrazas de café e incluso del silencio en algunos barrios residenciales. Sí, sí, una capital europea donde escuchas a los pájaros cantar por la mañana, eso existe.

La comida: simple pero efectiva.

Seamos honestos: la cocina checa quizá no va a revolucionar tu paladar como Italia o Francia, pero tiene un encanto propio.

Vas a descubrir platos simples, contundentes, perfectos después de un gran día de prácticas:

  • El famoso svíčková (rosbif con salsa cremosa y arándanos),

  • El goulash (mucho más ligero aquí que en Hungría),

  • Los knedlíky (albóndigas de pan),

  • Y por supuesto, la cerveza, verdadera institución nacional.

Para vegetarianos o veganos, Praga también se ha modernizado mucho en los últimos años con muchos restaurantes vegetarianos, orgánicos e incluso veganos muy simpáticos por toda la ciudad.

Salir en Praga: una oferta infinita.

Tus prácticas no serán solo trabajar y dormir.
En Praga tendrás donde elegir para tus salidas:

  • Los clubes míticos como Roxy o Cross Club,
  • Los bares de cerveza artesanal (prácticamente un deporte nacional aquí),
  • Los conciertos en las numerosas salas de espectáculo,
  • Los festivales de cine, de música clásica o electrónica,
  • Y por supuesto los numerosos museos y galerías de arte contemporáneo.

Todo esto en un ambiente relajado, internacional, donde te cruzarás con estudiantes de todo el mundo.

Una ciudad en el cruce de Europa.

Otra gran ventaja de Praga es su localización.
Desde aquí puedes ir fácilmente de fin de semana a las capitales vecinas:

  • Viena en 4 horas en tren,
  • Berlín también en 4 horas,
  • Budapest en 6 horas,
  • Bratislava en 3 horas. 

Incluso para escapadas dentro de la República Checa hay mucho que hacer: las montañas de Bohemia del Norte, las aguas termales de Karlovy Vary, los castillos medievales o Český Krumlov, uno de los pueblos más bonitos de Europa.

Tus prácticas en Praga: una verdadera carta para el futuro.

Hacer tus prácticas en Praga también es una línea fuerte en tu CV.
Las empresas checas suelen estar muy abiertas a becarios extranjeros, sobre todo en los sectores digital, marketing, tecnología, turismo, hostelería y logística.

Trabajar aquí es enfrentarte a un entorno multicultural, con métodos de trabajo a veces diferentes, y desarrollar una verdadera capacidad de adaptación que los reclutadores valoran mucho. Sin contar tu inglés, que dará un gran salto (sí, los checos hablan muy bien inglés, especialmente las generaciones jóvenes).

En resumen: ¿por qué hacer prácticas en Praga?

  • Una ciudad magnífica y llena de historia,
  • Un costo de vida muy razonable,
  • Una población acogedora y abierta,
  • Un entorno seguro y dinámico,
  • Una calidad de vida rara para una capital europea,
  • Un CV que se fortalecerá seriamente,
  • Recuerdos para toda la vida.

Francamente, solo puedo decirte: lánzate.
Si buscas un destino que combine experiencia profesional, cambio de aires, diversión y calidad de vida, Praga es sin duda una de las mejores opciones que puedes elegir hoy en Europa.

Créeme: Praga te sorprenderá cada día un poco más.

¿Quieres dar el paso para tus prácticas en Europa? Contáctanos y te ayudamos a hacer las maletas en la perla del Vltava.