Consejos (muy prácticos y sinceros) para hacer unas prácticas en el extranjero en Chipre 🇨🇾


 

Hacer unas prácticas en el extranjero suele ser sinónimo de emoción, novedades y un buen chute de lo desconocido directo a la cara. Y cuando el destino se llama Chipre, puedes estar seguro de que te vas a llevar una buena dosis de aventuras. Isla pequeña, sí, pero con experiencias intensas. Situada en el extremo sur de la Unión Europea, Chipre es una mezcla explosiva de Mediterráneo, historia, dulzura de vivir, sol que abrasa y… algunas sorpresas que nadie se molestó en contarte.


 

Aquí no vamos a hacerte una guía turística camuflada. No. Aquí vamos a hablarte claro. De lo que realmente vas a vivir cuando hagas tus prácticas en Chipre. De las pequeñas galeras, los grandes momentos, las cosas inesperadas y las personas increíbles. Porque unas prácticas en el extranjero no son solo trabajar en una empresa local — son sobre todo una inmersión total en una cultura, una nueva forma de vivir y una oportunidad de oro para redescubrirte.


 

Y créenos: Chipre no te va a dejar indiferente. Aquí van nuestros mejores consejos, probados y aprobados sobre el terreno, para que aproveches al máximo tu experiencia sin acabar quemado por el sol o en pánico por un bicho volador.

Primer consejo para tus prácticas en Chipre: no entres en pánico… de verdad, NO entres en pánico 😱


 

Empecemos por lo que hace temblar incluso a los más valientes: la fauna local.
Tú te esperas lagartijas monas, unos cuantos gatos durmiendo bajo las higueras (y sí, verás muchos), pero lo que nadie te contó es que las cucarachas aquí tienen sueños de aviación.

Sí, en Chipre, las cucarachas vuelan. Y no hablamos de un salto torpe a dos centímetros del suelo. No. Vuelan de verdad. Despegan, hacen zigzags y a veces incluso parece que apuntan a tu cabeza.


 

¿Crees que exagero? Pregunta a cualquiera que haya pasado más de dos semanas allí. Puedes encontrarte una cucaracha del tamaño de tu pulgar que se cuela en tu terraza mientras disfrutas tranquilamente de un halloumi a la parrilla. ¿Dejas la basura fuera? ¿Olvidas cerrar la ventana del baño? BAM. Invasión.


 

Spoiler: sobrevives. Prometido. Incluso si, como yo (Sébastien), tienes fobia a las cucarachas. Pensé que iba a tener que acortar mi estancia la primera noche cuando una intentó una embestida kamikaze en mi Airbnb. Por suerte, viajaba con alguien que se lo tomó con filosofía… y con una chancla. Moraleja: si viajas acompañado, decidid quién se ocupa de las cucarachas en caso de crisis. Es un punto importante, de verdad.


 

Hablando en serio: no son peligrosas. Solo dan un poco de miedo al principio. Y como con todo en una nueva cultura: te acostumbras. Aprendes a cerrar las ventanas a ciertas horas, a evitar algunas zonas por la noche, y empiezas a relativizar. Al fin y al cabo, solo es un insecto. Grande, sí. Pero solo un insecto.

Segundo consejo para tus prácticas en Chipre: hidrátate, en serio 🥵


 

Chipre es el sol mediterráneo en su versión más intensa. Aquí, el verano no es ninguna broma. Estamos hablando de temperaturas que pueden superar fácilmente los 40°C a la sombra, con una sensación térmica de 50 si te quedas atrapado en una calle sin brisa.


 

Y ese calor… está en todas partes. Te alcanza por la mañana, te sigue todo el día y no te suelta. ¿Crees que aguantas bien el calor porque ya pasaste olas de calor en tu país? Olvídalo. Chipre está en otra liga.

👉 Primer reflejo: bebe. Agua, claro. No vino local (aunque puedes permitirte uno por la noche). Siempre lleva una botella contigo. Llena. Porque en algunas zonas, especialmente pueblos o senderos perdidos, las fuentes de agua no están garantizadas.


 

👉 Segundo reflejo: cúbrete la cabeza.
Sombrero, gorra, una toalla enrollada como turbante, lo que sea. Pero protege tu cabeza. El sol pega fuerte y los golpes de calor llegan más rápido de lo que imaginas.

👉 Tercer punto: adapta tu ritmo.
Aquí, entre las 12:00 y las 16:00, no se mueve nadie. No es vagancia: es supervivencia. Incluso los locales cierran sus negocios. Así que haz como ellos: siesta, lectura, Netflix, lo que quieras, pero a la sombra. Y aprovecha para bajar el ritmo. Tu cuerpo lo agradecerá.

Y por supuesto, adapta tu ropa. Elige prendas sueltas, de algodón o lino, de colores claros. Olvídate de los vaqueros ajustados y las camisetas negras: necesitas respirar. Y si haces tus prácticas en una empresa sin aire acondicionado (sí, pasa), considera llevar un pequeño ventilador de escritorio portátil. Una pequeña inversión que marca la diferencia.

Tercer consejo para tus prácticas en Chipre: no tengas miedo de acercarte a la gente 🤝


 

Chipre también es su gente: cálida, abierta, acogedora. Es probablemente lo primero que te llama la atención al llegar. Aquí, las sonrisas no escasean y las conversaciones surgen rápido, sobre todo si haces el esfuerzo de decir unas palabras en griego o turco (según la región).

Verás que los chipriotas no se complican. Están acostumbrados a la diversidad: musulmanes y cristianos, griegos y turcos, viven juntos en un equilibrio mucho más pacífico de lo que los medios hacen creer. Las tensiones políticas existen, sí, pero en el día a día todo suele ser mucho más sencillo.


 

Y si quieres una verdadera inmersión, vete a los pueblos. Los pequeños, los que no salen en las guías. Entre iglesias bizantinas y campos de olivos, encontrarás bares donde el café se toma sin prisa y las historias fluyen. Un anciano te hablará de su juventud, una mujer te ofrecerá probar un plato casero, un vinicultor te abrirá su bodega…

🎯 Truco: di SÍ
¿Te invitan a tomar un café? Acepta. ¿A visitar una pequeña iglesia? Adelante. ¿A probar algo raro con un nombre imposible? Pruébalo. Porque ahí está la experiencia real. Y son esos recuerdos los que contarás al volver, más que lo que hiciste en tu empresa.

¿Te da corte dar el primer paso? No pasa nada. Aquí la gente suele venir a ti. Pero si quieres facilitar el contacto, una sonrisa, un “hello”, o incluso un “Kalimera” (buenos días en griego) bastan para abrir puertas. Los jóvenes suelen hablar buen inglés. Los mayores, no siempre, pero con gestos y sonrisas se entiende todo.

Bonus: otros consejos para no meter la pata 🧳

  • Transporte: en Chipre no hay trenes. Y aunque hay autobuses, no llegan a todos los rincones. Si puedes, alquila un coche (ojo: se conduce por la izquierda) o prepárate para hacer bastante autoestop o compartir coche.


     

  • Idioma: no necesitas hablar griego para sobrevivir, pero aprender unas palabras básicas siempre gusta a los locales. Y en la parte norte (turca), unas nociones de turco también vienen bien.


     

  • Comida: prepárate para ganar unos kilitos. Entre los mezzes, el halloumi, los loukoums y los pasteles orientales, es un festín. Pero tranquilo, puedes quemarlo con una caminata por las montañas de Troodos.


     

  • Agua: el agua del grifo es potable en la mayoría de zonas urbanas, pero a veces tiene mucho cal. Una jarra filtrante puede ser útil.

En conclusión: unas prácticas en Chipre son una aventura solar 🌞


 

Chipre es Mediterráneo en estado puro: paisajes impresionantes, una gastronomía generosa, gente auténtica y una forma de vida donde se toma el tiempo. Pero también es un campo de aprendizaje, de adaptación, con pequeños desafíos diarios que te transforman.


 

Volverás seguramente más moreno, algo cansado (el sol es traicionero), pero sobre todo enriquecido por una experiencia humana inolvidable. Y con suerte, con una chancla salvadora para las cucarachas y la memoria llena de encuentros bonitos.

¿Te apetece vivir tu propia experiencia? ¿Hacer unas prácticas en Chipre? Escríbenos. Te lo contamos todo, ¡incluso dónde encontrar los mejores baklavas de Lárnaca! 😋

¿Y después de las prácticas… qué? 🌍

Si te enamoras de Chipre (y es muy probable), que sepas que muchos antiguos becarios vuelven. De vacaciones, por trabajo, o incluso para instalarse allí. La isla tiene ese “algo” que se te queda pegado: un ritmo de vida más suave, puestas de sol alucinantes y esa sensación de que los días duran un poquito más. Así que guarda el contacto de la gente que conozcas, anota los lugares que te marcaron… Tu aventura chipriota puede que solo esté comenzando. Y sinceramente, ¡te lo deseamos!