¿Conoces la comida noruega? Spoiler: ¡te va a sorprender!

Bien. Estás preparando tus prácticas en Noruega y, además de pensar en los fiordos, las auroras boreales y las caminatas por bosques nevados, quizá te plantees la GRAN pregunta: ¿qué se come allí? Porque, seamos sinceros, descubrir la comida local forma parte integral de la aventura.

Por suerte para ti, International Horizons está aquí para mostrártelo todo y prepararte para la experiencia culinaria noruega. Y verás que es mucho más variada y sorprendente de lo que imaginas.

Spoiler: no, Noruega no es solo salmón ahumado (aunque es excelente).

Evidentemente, el salmón noruego es conocido en todo el mundo. Es delicioso, superfresco y los noruegos comen bastante. Pero reducir la cocina noruega al simple salmón es pasar por alto un montón de platos originales profundamente arraigados en la cultura del país.

La cocina noruega está muy ligada a la naturaleza, al mar y a las estaciones. Con un clima como el suyo, hay que apañarse con lo que se tiene en cada época del año. Y descubrirás enseguida especialidades que raramente se ven en otros lugares.

El cordero noruego: la estrella de la ganadería al aire libre


 

Empecemos por la carne. El cordero noruego es toda una institución. ¿La razón? Los animales se crían al aire libre, en montañas y pastos, y pacen una hierba riquísima y aromática. Resulta una carne supertierna, jugosa y muy sabrosa.

Los platos de cordero son numerosos. Por ejemplo:

  • Fårikål, considerado plato nacional noruego: un estofado de cordero y col cocido a fuego lento; sencillo, rústico y reconfortante en los meses fríos.

  • Chuletas de cordero a la parrilla, servidas con patatas al vapor y salsa de arándanos rojos.

Verás que en Noruega se cocina mucho con productos sencillos y de calidad. No es cocina ostentosa: es terruño puro.

Caza mayor: alce, reno, ciervo… ¡e incluso urogallo!

Otro pilar de la cocina noruega es la caza. Cazar y pescar forman parte de la tradición desde siempre, y los noruegos saben convertir estos productos en platos deliciosos.

Entre las carnes de caza que podrás probar:

  • Alce: tierno, de sabor sutil; suele servirse en filete o estofado.

  • Reno: algo más intenso, una carne con carácter; muy común en el norte.

  • Ciervo (hjort): sabroso y refinado.

  • Urogallo (ave local): un poco más raro, pero un auténtico manjar.

En muchos restaurantes tradicionales o posadas familiares podrás degustar estas carnes con salsas de nata y frutos rojos: un placer invernal.

El famoso brunost: el queso… ¡con sabor a caramelo!

Aquí te sorprenderás: el queso más célebre de Noruega no se parece al camembert ni al comté. El brunost (queso marrón) se elabora con suero caramelizado, lo que le da su color castaño y su ligero sabor dulce a caramelo.

Al principio desconcierta, pero es delicioso. Los noruegos lo toman en el desayuno, sobre pan con un poco de mantequilla. Dulce-salado, fundente y muy energético antes de trabajar o ir de excursión.

Y, honestamente, será uno de los recuerdos culinarios que te lleves a casa.

Aquavit: ¡para digerirlo todo!

No se puede hablar de la mesa noruega sin mencionar el aquavit: es casi la bebida nacional. Elaborado a base de patatas destiladas, se aromatiza con varias especias—comino, eneldo, cilantro, hinojo…—y cada marca guarda sus pequeños secretos de producción.


Tradicionalmente se bebe aquavit en las grandes comidas festivas, sobre todo en Navidad o en bodas. Sube rápido a la cabeza, así que con moderación. Pero calienta de maravilla tras una cena copiosa a −10 °C.

Ribbe: la estrella de las comidas navideñas

Los noruegos tienen talento para los platos invernales reconfortantes, y el ribbe es el mejor ejemplo.

Se trata de panceta de cerdo asada, servida con:

  • chucrut
  • patatas al vapor,
  • salchichas de Navidad,
  • albóndigas de carne,
  • una contundente salsa marrón casera.

Normalmente se sirve hacia las 16-17 h; en Noruega se cena temprano. Abundante, familiar, y tras la comida estarás listo para un paseo bajo las luces navideñas.

Stockfish: pescado seco (y rehidratado)

Otro clásico de la cocina noruega: el stockfish.

Es bacalao secado al aire durante meses (las famosas bacaladas colgadas de las Lofoten). Luego se rehidrata, a veces en agua con hidróxido de sodio: ojo, así se convierte en lutefisk, toda otra experiencia.

El resultado es un pescado de textura muy particular, algo gelatinosa. Divide a los extranjeros: unos lo adoran, otros no tanto. Pero merece la pena probarlo al menos una vez: ¡lleva más de 1000 años en la mesa!

Middag: la cena noruega, un verdadero ritual diario

Middag es la comida caliente de la tarde. Como no se come caliente al mediodía, la cena es la comida principal del día.

Suele tomarse temprano, entre las 16 y las 18 h: tendrás que acostumbrarte al ritmo escandinavo.

En el plato casi siempre hay:

  • una proteína (pescado o carne),
  • patatas al vapor,
  • verduras cocidas (mucho brócoli, coliflor, zanahoria, coles de Bruselas…).

Sencillo, eficaz y perfecto para el clima local.

Platos algo más “extremos” para aventureros

Si eres un foodie curioso (y tu estómago lo aguanta), hay especialidades aún más típicas:

  • Rakfisk: trucha fermentada. Huele fuerte y pica en la nariz, pero es una tradición noruega.

  • El mølje: bacalao servido con su hígado y sus huevas. Muy contundente, muy yodado, pero muy apreciado en las costas.

  • Lutefisk (mencionado antes): bacalao seco rehidratado con sosa cáustica; un plato para entendidos.

Tranquilo: nunca es obligatorio probarlo, pero muchos expats lo intentan al menos una vez. ¡Y siempre queda una buena anécdota!

¿Y de postre?

Noruega no es famosa por postres muy elaborados, pero hay dulces que debes probar:

  • Multekrem: postre de moras árticas (cloudberries) con nata montada; raro y caro, pero delicioso.

  • Kanelboller: bollos de canela que encuentras en todos los cafés, a menudo aún templados; perfectos con un café en tarde lluviosa.

La pausa de café noruega: un arte de vivir

Imposible hablar de cocina noruega sin mencionar el café. Los noruegos están entre los mayores consumidores del mundo y la “kaffepause” es sagrada.

Hay varias cada día: en la oficina, en casa o en plena ruta, cualquier excusa vale para sacar el termo y beber un café negro.

A los noruegos les encanta; es casi una institución social. Prepárate a engancharte tú también a esa pausa cafetera bajo la nieve.

Consejos prácticos para comer con cabeza en Noruega

Porque, seamos sinceros, Noruega es deliciosa pero cara. Aquí van trucos para no romper tu presupuesto de becario:

  • Haz la compra en Kiwi o Rema 1000 (supermercados discount locales)

  • Prioriza productos locales y de temporada: el pescado suele ser más barato

  • Cocina en casa: comer fuera cuesta 20-30 € por comida; guarda los restaurantes para ocasiones especiales.

En resumen: Noruega también deleitará tu paladar.

Tus prácticas en Noruega no solo te llenarán de paisajes increíbles y encuentros enriquecedores; también te abrirán a una nueva cultura culinaria, entre tradición, naturaleza y descubrimientos inesperados.

Y, como siempre, en International Horizons te acompañamos antes, durante y después de tus prácticas: encontramos tu puesto, gestionamos tu Erasmus+, te ayudamos con el CV y, sobre todo, preparamos una aventura única… ¡hasta en el plato!

Entonces, ¿listo para probar el rakfisk y el brunost? ¡Contáctanos y organizaremos tu estancia en la tierra de los fiordos y los sabores inesperados!