¿Quieres hacer una pasantía en Europa? ¿Y por qué no en una isla? (¿De verdad, por qué no?)

Bien, no vamos a andarnos con rodeos: quieres ir a hacer una pasantía en el extranjero. Eso ya es una gran idea. Honestamente, no hay nada mejor para tomar aire fresco, aprender cosas nuevas, salir de tu rutina, mejorar tu inglés (o tu español, italiano, lo que sea), vivir en otro país, conocer gente… En resumen, para vivir algo diferente. Un poco más emocionante que tus exámenes o tu trabajo estudiantil en el restaurante de la esquina, admítelo.

Pero ahora estás atrapado. Todavía no has decidido a dónde ir. Estás dudando. Miras videos en YouTube de gente que se va a Australia, haces scroll en historias de Instagram de pasantes en Corea del Sur y piensas: “¡Sí, yo también quiero vivir eso!”. Pero luego miras el precio de los vuelos. Y el costo de vida. Y los trámites. Y te dices: bueno, en realidad, quizás no es para mí. No es barato todo eso. Y no estás equivocado.


 

Pero entonces… ¿deberías quedarte en casa, renunciar a la pasantía en el extranjero y hacer tu alternancia a dos calles de la casa de la abuela? No. Claramente no.

Hay un plan B. Un buen plan B. Un plan “sol, mar turquesa, inglés sin esforzarse demasiado, ambiente relajado y no al otro lado del mundo.” Y ese plan se resume en una palabra: islas. Sí, islas europeas. Ya sabes, esos pequeños paraísos no tan lejos de casa, donde se habla inglés, se come bien, la gente es amable, y donde puedes hacer una pasantía súper enriquecedora.


 

¿Quieres nombres? Bueno, te doy tres que realmente valen la pena: Irlanda, Malta y Chipre. ¿Te hacemos un tour? Vamos.


 

  1. Irlanda: la combinación perfecta de Guinness + amabilidad + pasantía útil


 

Claro, técnicamente no es una isla tropical. No hay palmeras ni cócteles servidos en cocos. Pero sinceramente, Irlanda es uno de los países más agradables para vivir cuando eres joven y quieres moverte un poco. Primero, porque los irlandeses son adorables. Amables, pacientes, divertidos. El tipo de gente que habla contigo en el autobús, que te echa una mano si tienes problemas, que te invita a una pinta aunque no te conozca.


 

¿Y el ambiente? Ah, eso sí que es algo. Tienes los pubs, los conciertos en vivo, las viejas calles adoquinadas de Dublín, los enormes acantilados en el oeste del país, las ovejas que cruzan la carretera sin avisar, las casitas de colores… Honestamente, tiene mucho encanto. Mucho encanto. Y ese tipo de ambiente que te hace decir “ok, estoy en otro lugar, pero me siento bien aquí.”

En cuanto a la pasantía, puedes encontrar un poco de todo: marketing, turismo, hostelería, primera infancia, trabajo social, tecnología, etc. Y al contrario de lo que se piensa, Irlanda es muy dinámica. Hay muchas empresas, sobre todo alrededor de Cork y Dublín, que trabajan a nivel internacional. Así que, aunque tu inglés no sea perfecto al llegar, mejorarás muy rápido. Y los irlandeses suelen ser muy comprensivos con los acentos, así que sin estrés.


 

¿Un plus? Los paisajes. Sí, llueve un poco (vale, a veces mucho). Pero la lluvia allí es casi poética. Y entre un chaparrón y otro, tienes luces increíbles, playas desiertas, montañas perdidas, bosques que parecen escenarios de película. Ah, y por cierto, ¿has oído hablar de Game of Thrones? Adivina dónde se filmaron algunas escenas… 😉


 

¿Listo para Irlanda? Puede que no sean las Bahamas, pero en cuanto a ambiente, es una de las mejores vibras de Europa.


 

  1. Malta: sol, inglés y pastizzi


 

Cambiamos completamente de escenario. Imagina una pequeña isla mediterránea, bañada por el sol casi todo el año, con aguas turquesas, piedras antiguas, pueblos atrapados en el tiempo, terrazas donde se habla inglés, italiano, maltés, español… Bienvenido a Malta.


 

Malta es un poco el secreto menos guardado de los estudiantes europeos. ¿Por qué? Porque es pequeña (puedes recorrer la isla entera en un día), es súper segura, es más barata que muchos otros destinos y, sobre todo… se habla inglés. Oficialmente. Porque Malta fue un antiguo protectorado británico, así que el inglés es idioma oficial junto con el maltés.


 

Y allí tienes muchas opciones para hacer la pasantía. Turismo, marketing digital, hostelería, educación, medio ambiente, eventos… todo es posible. Hay muchas pequeñas empresas, asociaciones, centros educativos, agencias de comunicación… Y además, como la isla está muy orientada a los estudiantes internacionales, las organizaciones están acostumbradas a recibir pasantes extranjeros. Así que no eres un bicho raro cuando llegas, eso tranquiliza.


 

¿Y fuera del trabajo? Bueno, eso es lo mejor. Puedes bucear en cuevas submarinas (Gozo es increíble), pasear por las calles barrocas de La Valeta, relajarte en la playa de Golden Bay, tomar un barco hacia Comino y su Laguna Azul… ¿Y por las noches? Dirección Paceville. ¿No la conoces? Es un barrio lleno de bares y discotecas. Es ruidoso, intenso, un poco loco… pero si te gusta la fiesta, vas a disfrutar.


 

Y luego están los pastizzi. Ese pequeño hojaldre maltés, crujiente, relleno de ricota o guisantes, que puedes comprar por 50 céntimos en cualquier panadería… una delicia. Imprescindible probarlo.


 

En resumen, Malta es el plan perfecto de sol + inglés + ambiente estudiantil. Trabajas, vives, conoces a mucha gente y te bronceas. ¿Qué más se puede pedir?


 

  1. Chipre: peculiar, sorprendente, cautivadora


 

¿Quieres un lugar menos conocido, un poco fuera de los caminos trillados, pero que aún así sea impresionante? Mira hacia Chipre. Aquí realmente se siente un ambiente diferente. Más oriental, más mediterráneo, casi místico.


 

Chipre es una isla en la encrucijada de culturas. Por un lado, está la parte griega (al sur), que forma parte de la Unión Europea, con sus monasterios ortodoxos, sus casitas blancas, sus playas maravillosas. Por el otro, la parte turca (al norte), que tiene otro ambiente, otras tradiciones. ¿Y en el medio? Una capital dividida en dos: Nicosia. Sí, literalmente partida en dos. Única en Europa.


 

Pero no te preocupes: todo el mundo vive muy bien allí, y ambos lados son muy acogedores. Sobre todo porque el inglés está muy extendido, especialmente en la parte sur. Se enseña desde muy joven, y como la isla vive en parte del turismo, la gente está acostumbrada a hablar con extranjeros.


 

Para una pasantía, es muy interesante. Puedes trabajar en medio ambiente, turismo, educación, cultura, ONG, desarrollo sostenible, y mucho más. El verano dura seis meses. ¿Lo leíste? SEIS. Y aún en invierno, hace buen tiempo. Puedes estar en camiseta en noviembre. Un sueño.


 

Y en cuanto a cultura, Chipre es una joya. Tienes ruinas antiguas por todas partes, playas desiertas, pueblos en las montañas, monumentos bizantinos, mercados llenos de especias, playas donde nadas con tortugas… Es un destino rico, nada ostentoso, pero profundo.


 

¿Quieres un cambio real sin salir de Europa? Aquí es donde sucede.

¿Conclusión? ¡Elige tu isla y lánzate!


 

Así que ahí lo tienes. Tres islas. Tres ambientes. Tres formas de vivir una pasantía en el extranjero sin arruinarte, sin ir al otro lado del mundo y sin luchar por conseguir una visa.

  • ¿Quieres verde, pintas y gente encantadora? → Irlanda.


     

  • ¿Prefieres sol, mar e inglés sin esfuerzo? → Malta.


     

  • ¿Buscas un ambiente más atípico, entre Europa y Medio Oriente? → Chipre.


     

Sea cual sea tu elección, no te equivocarás. Porque hacer una pasantía en el extranjero no es solo trabajar en una empresa. Es vivir, descubrir, aprender, salir de tu zona de confort, fracasar a veces, tener éxito a menudo y volver más fuerte.


 

Y si necesitas ayuda, consejos, experiencias o un empujoncito para encontrar LA pasantía que necesitas, escríbenos. Estamos aquí. Y probablemente ya hayamos enviado a jóvenes como tú, que regresaron con estrellas en los ojos y recuerdos inolvidables.


 

¿Listo para hacer la maleta?

¿Y tú, cuándo te vas?


 

No te vamos a mentir: irse da un poco de miedo. Dejas atrás tus referencias, tus hábitos, tu zona de confort. Pero ¿sabes qué? Ahí es exactamente donde empieza la magia. Cada isla tiene su ritmo, su energía, sus encuentros. Y tú tienes mucho que ganar. No dejes pasar esta oportunidad de vivir algo fuerte, diferente. Esta pasantía puede ser el comienzo de un gran cambio. Así que… ¿te animas? Europa te espera. Las islas también. Y nosotros estamos aquí para ayudarte a llegar.