Cuando piensas en Noruega, ¿qué te viene a la mente? Fiordos impresionantes, auroras boreales que bailan en la noche, montañas cubiertas de nieve y un ambiente nórdico que huele a café caliente y a suéteres gruesos de lana. Y sinceramente, no te equivocas. Pero Noruega también es una verdadera diversidad de ciudades, cada una con su ambiente, su personalidad y sus pequeños secretos por descubrir.

Entonces, si planeas hacer tu práctica en Noruega (y esperamos que la hagas con nosotros en International Horizons 😄), déjame presentarte las 10 ciudades más geniales para instalarte. ¡Prepárate, vamos a viajar por todo el país!

1. Oslo: la capital que lo tiene todo

Por supuesto, empezamos con Oslo. Es como la puerta de entrada a Noruega y, honestamente, ha cambiado muchísimo en los últimos años. Si esperas una capital fría y gris, te vas a llevar una sorpresa (para bien). Oslo es súper viva, moderna y, al mismo tiempo, un lugar muy agradable para vivir.

Puedes pasear por el barrio de Gamle By (el viejo Oslo), que con sus casitas coloridas y su ambiente tranquilo te dará un toque de Trentemoult en Nantes — para quienes lo conocen, entenderán la referencia. En cuanto a cultura, está lleno: el Museo de los Vikingos, el Museo del Esquí (sí, existe y es súper genial), la Ópera ultramoderna a orillas del agua… Incluso puedes tomar un ferry y descubrir las pequeñas islas cercanas.

En la vida diaria, todo está súper limpio, seguro y bien organizado. Y los noruegos, aunque al principio pueden parecer un poco reservados, son muy simpáticos una vez que se rompe el hielo. Por cierto, un consejo: las noches con una cerveza (aunque cara 😅) suelen ser la mejor forma de crear lazos.

2. Bergen: el encanto de las casas coloridas junto al agua

Bergen es la postal noruega por excelencia. Los muelles antiguos con sus casas de madera coloridas, el puerto, los pequeños barcos de pesca, las gaviotas volando… es un cliché total, pero es imposible no enamorarse.

Pero Bergen también es una ciudad rodeada de montañas. Tienes Ulriken, Floyen, Bryggen… tres picos muy accesibles (gracias a los funiculares, no hace falta ser un montañista experto). Y desde esas alturas, tienes vistas increíbles de la ciudad y los fiordos cercanos.

También es el punto de partida perfecto para aventurarte en los fiordos. Puedes organizar excursiones en barco y descubrir paisajes que parecen sacados de otro mundo. Prepara tu cámara, te vas a quedar boquiabierto.

Y sobre el clima… vamos a ser claros: llueve mucho en Bergen. Mucho. Pero curiosamente, eso forma parte del encanto de la ciudad. Los habitantes tienen un dicho: “no hay mal tiempo, sólo mala ropa”. Así que vístete bien y lo disfrutarás al máximo.

3. Tromsø: rumbo al Gran Norte

Aquí nos vamos mucho más al norte. Tromsø es la puerta de entrada al Ártico. Y te aviso: en invierno hace bastante frío. Pero eso es precisamente lo que lo hace increíble.

Aquí podrás visitar la catedral del Ártico (sí, impresiona), el acuario Polaria, y sobre todo… admirar las famosas auroras boreales. Créeme, ver esas luces verdes bailar en el cielo sobre la nieve es una de las cosas más mágicas que vivirás en tu vida.

Pero la vida diaria en Tromsø también es muy agradable. Los habitantes son súper adaptables: claro, vivir varios meses en completa oscuridad fortalece el carácter. Por eso saben crear un ambiente acogedor, con mucha vida social, noches de relax y actividades culturales.

Y en cuanto a prácticas, Tromsø está muy activa en investigación ártica, biología marina, turismo invernal y proyectos relacionados con el desarrollo sostenible en condiciones extremas.

4. Stavanger: para amantes de vistas increíbles

Stavanger es, sobre todo, el lugar perfecto para ver el famoso Preikestolen, esa gran roca que domina los fiordos con una vista impresionante. El único problema es que rara vez estarás solo, ya que se ha vuelto muy turístico. Pero aun con gente, sigue siendo impresionante.

La ciudad en sí es muy agradable, con un centro peatonal, bonitas casas blancas de madera y muchos estudiantes. Pronto encontrarás amigos para salir a tomar algo o hacer senderismo.

Stavanger también es una ciudad orientada al petróleo (con muchas empresas offshore), pero que invierte cada vez más en energías renovables. Así que según tu área de estudios, puede ser una gran opción para tu práctica.

5. Trondheim: la más instagrammeable

Trondheim (o Trøndelag para los íntimos) es considerada a menudo la ciudad más fotogénica de Noruega. Y sinceramente, se lo merece. Las filas de casas de madera coloridas a orillas del río, los puentes antiguos, los reflejos en el agua… vas a saturar tu feed de Instagram en dos semanas.

Pero Trondheim no es sólo bonita. También es una verdadera ciudad de compras con muchas tiendas pequeñas que venden productos locales y artesanales. Si buscas traer recuerdos originales, aquí es donde tienes que comprar.

En cuanto a la vida estudiantil, es super animada. Hay muchos jóvenes, una verdadera vida nocturna (aunque necesitarás presupuesto 😅) y festivales durante todo el año.

6. Ålesund: Art Nouveau al estilo nórdico

Ålesund es la rareza arquitectónica del país. Tras un gran incendio en 1904, la ciudad fue reconstruida completamente con una mezcla única de Art Nouveau y toques vikingos. El resultado: una ciudad absolutamente magnífica, que no se encuentra en ningún otro lugar.

Las calles son un placer para recorrer, con edificios coloridos y detalles tallados. Y la vista desde el monte Aksla, justo encima de la ciudad, es impresionante. Si buscas una ciudad con verdadero encanto visual y una atmósfera algo mágica, Ålesund es una excelente opción.

7. Lillehammer: naturaleza, cultura y senderismo

Si quieres combinar cultura y naturaleza, Lillehammer es para ti. Situada a dos horas de Oslo, la ciudad está rodeada de bosques y montañas perfectas para senderismo, tanto en verano como en invierno.

En invierno puedes divertirte haciendo esquí de fondo (es una institución allí), y en verano, hacer trekking en la naturaleza. La ciudad también es muy dinámica culturalmente: museos, galerías, festivales… además está catalogada como Patrimonio Cultural Mundial por la UNESCO.

En resumen, si te gusta la naturaleza y la cultura, este es el lugar donde debes poner tu mochila.

8. Kristiansand: el sur en modo relax

Kristiansand es un poco la estación balnearia de Noruega. Situada en el sur, la ciudad está bordeada de playas y lagos perfectos para picnics de verano y tardes de relax.

Y si quieres moverte, hay un ferry que conecta directamente con Gotemburgo en Suecia. Ideal para un fin de semana en el extranjero sin complicaciones.

La ciudad también es conocida por su zoológico (muy famoso en Noruega) y sus numerosos senderos para caminar. El ambiente es muy tranquilo, perfecto si buscas un estilo de vida relajado durante tu práctica.

9. Sandnes: la naturaleza al alcance

Sandnes es como la prima más tranquila de Stavanger. Pero en cuanto a naturaleza, es espectacular. Puedes hacer rutas por la costa, descubrir hermosas cascadas e incluso probar rafting si eres aventurero.

Es el lugar perfecto para los amantes del deporte y las emociones fuertes. Y como bonus, la ciudad es bastante pequeña, así que puedes moverte fácilmente a pie o en bici.

10. Drammen: la pequeña joya escondida

Drammen es una ciudad que ha evolucionado mucho en los últimos años. Antes algo industrial, se ha convertido en un lugar muy agradable para vivir, con bonitos espacios verdes, cafés simpáticos y sobre todo: el famoso Spiralen. Es un túnel helicoidal que te lleva a la cima de una colina para tener una vista panorámica de la ciudad y sus alrededores. Muy original y aprobado por TripAdvisor.

Drammen también está bien situada: cerca de Oslo, es una buena opción si quieres estar cerca de la capital sin pagar precios altos.

Algunos consejos extra antes de partir

Bien, antes de que empieces a preparar tus maletas, aquí tienes algunos tips que podrían salvarte la vida una vez estés allí:

  • Vístete para el clima: olvídate de los abrigos de moda que no protegen. En Noruega se lleva el sistema de capas, ropa técnica y buenos zapatos impermeables. Incluso en verano, las noches pueden ser frescas.

  • Noruega es cara. Muy cara. Siempre calcula un poco más para poder disfrutar sin contar cada café. Pero sinceramente, cada gasto vale la pena cuando ves lo que vives allí.

  • Ábrete a los locales: aunque al principio sean reservados, a los noruegos les encanta conversar cuando muestras interés por su cultura. Únete a las rutas de senderismo del fin de semana, participa en barbacoas, acepta invitaciones — así vivirás la experiencia al máximo.

  • Disfruta de la naturaleza: es el verdadero lujo noruego. Los paisajes son increíbles y gratis: lagos, bosques, montañas, fiordos… cada fin de semana puede convertirse en una aventura.

Ayuda para encontrar el destino perfecto para ti. Porque entre Oslo y Tromsø, pasando por Bergen y Trondheim, créenos, Noruega es mucho más que una simple práctica en el extranjero. Es una aventura que te acompañará por mucho tiempo.